La congruencia es la adecuación entre las cosas que deseas, las posibilidades reales que tienes de
lograrlas y el conocimiento del contexto en que habitas.
Cuando sabes quién eres
(autoestima), que buscas (valores), y que sienten los demás (empatía), estás
preparado para vivir con congruencia.
Cuando una persona no tiene
bien planteado en que es lo que quiere en su vida, no está aterrizada en la
tierra, eso quiere decir que anda por las nubes, tener congruencia significa
saber quiénes somos, de que somos capaces, y hacia dónde queremos ir
razonablemente.
Para poder ser una persona
congruente debes tener claro estos pasos primero:
- El primer paso es que nuestros pensamientos y sentimientos deben ser acordes con lo que en realidad nos está sucediendo.
- El segundo paso es que la congruencia está en saber transmitir con veracidad lo que pensamos y sentimos, ya que si no lo hacemos nadie nos podrá entender.
- El tercero de la congruencia es vivir y actuar tal como pensamos y sentimos y no fingir otra cosa, ya que las personas tienden a actuar por sus conocimientos sobre ti.
Un ejemplo de congruencia me lo dan aquellas
personas que entienden que la salud es su bien más preciado, que de nada les
sirven el dinero y las propiedades si no se encuentran lo suficientemente sanos
como para disfrutarlos, y luego hacen lo necesario para permanecer sanas.
Esto puede pasar por identificar las claves de una
vida sana y luego ajustar los propios hábitos para que encajen con el ideal:
cuidar lo que comen, hacer ejercicio con regularidad, mejorar sus relaciones,
buscar un trabajo que les satisfaga emocionalmente.
Cuando una persona es congruente de pensamiento y
acción, esto es, cuando lo que hace va en la dirección de lo que piensa,
comienza a andar el camino que le lleva a conseguir aquello que quiere.
Ser congruente no es una alternativa de fin de
semana, no se trata de ser congruente de vez en cuando, ser congruente es un
estilo de vida. Ser congruente significa estar 24h del día, 7 días a la semana,
haciendo aquello que es más susceptible de llevarte donde quieres ir, pero
tampoco es una actitud, se trata más bien de un compromiso con uno mismo.
Cuando nosotros comunicamos asertivamente lo que
pensamos y sentimos es un acto congruente que propicia la autorrealización
compartida con los demás, la oportunidad de expresar lo que uno vive día a día.
Todo esto se logra si en verdad lo quieres, si eres
capaz de aceptarte tal y como eres, de mostrarte tal cual ante la sociedad, de
saber hasta dónde eres capaz de llegar. La empatía, la congruencia, la
autenticidad, la autoestima, los valores y la aceptación incondicionada son las actitudes clave para el
desarrollo humano.
Hecho por: Adrián González Ascensión
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